Bratislava a unos 200km de Budapest y a 70 de Viena
El pasado finde estuve dándome alguna vueltecilla (o dos o tres)por la capital de Eslovaquia. Bratislava es una ciudad de dimensiones muy parecidas a Murcia ya que tiene 426.000 habitantes (frente a los 422.000 de Murcia).
La verdad es que esta ciudad con un día y medio tienes de sobra para verla, aunque eso no quiere decir que no merezca la pena ir. El nombre que tuvo toda la vida esta ciudad fue Prešporok, Presburgo en español hasta que en 1919 cuando se piraron los húngaros pasó a llamarse Bratislava.
El viaje empezó un poco xungo porque sabíamos que el tren salía a las 9.30 de la mañana. Llegamos a las 9.25 (como buen españoles) y nos dijo el de la taquilla que no nos daba tiempo (seráaaa…) total que después de buscar compañías de autobuses que luego no existían o tenían la oficina cerrada nos tuvimos que esperar al de las 13.30 y sabiendo que a las 16.30 hora de llegada ya era noche total (sí por aquí es que le da por hacerse de noche a esa hora). Hubo gente que se quedó por el camino jaja así que me fui yo solo con Rubén (allí había más gente en Bratislava).
Viajamos en un tren húngaro que nada tenía que ver con lo que había visto por aquí hasta el momento, teníamos como una especie de compartimento para nosotros y hasta nos podíamos como medio acostar (claro que el tren iba vacío). Aunque bueno ya sabéis que con mi nueva cámara empecé ya en el tren a comerme las 2Gb de la tarjeta de memoria que le compré (y unas pilas recargables of course!).Tras 17 euros (ida y vuelta) y 2.5 horas de viaje por tierras eslovacas (no pasamos por algún sitio así muy a destacar…) llegamos a una ciudad fantasma un sábado a las 17.30. No había ni cristo en la calle. Con un hambre de la leche que teníamos nos comimos una de las cosas más extrañas que he probado. Una hamburguesa pero la carne era de salchicha pero con forma redonda. Era como que una salchicha redonda. Vamos si mezclas una hamburguesa con un perrito te salía algo parecido al engendro que me comí… Mi periplo por esta ciudad extraña siguió hasta el hostel “patio” con nombre español y además muy limpio y nuevo (y las recepcionistas merecía la pena verlas XD) nos fuimos a nuestra habitación (de 12 plazas) a exarnos un sueño y nos encontramos con un arquitecto español que estaba en Rumanía (especulando un poqillo por lo que contó) y que estaba de viaje por toda Europa. No me acuerdo de su nombre pero Rubén y yo le adjudicamos en seguida el nombre de Sr. Roncatore (adivinad por qué).
Después nos fuimos a las 20 o así a exar un ojo por la ciudad. Hablando de ojos, por allí todavía tenía mis ojos un poco fastidiadillos de la conjuntivitis que pillé así que esta vez me corté y no hubo mucha fiesta. Bueno fuimos un ratillo a un cuxitril que estaba metido en una cueva y en donde había una fiesta heavy eslovaca con un concierto y todo (de un tío que aunque no cantaba mal no paraba de rascarse els ous!). Al día siguiente por la mañana con bastante niebla nos fuimos por los sitios más interesantes de la ciudad. Y por fin hice mis propias fotos… Primero le dimos una visita al puente Nový Mesto (Puente Nuevo en español aunque e inauguró en 1972), donde se podía subir a lo más alto del platillo por 3.30 € con un ascensor muy raro que ascendía muy rápido por una de las columnas y ver unas vistas espectaculares de la ciudad (+- 50 fotos).
Aparte había un señor muy “amable” arriba que decía que para ir a las vistas había que ir por otra parte, que lo que había en el platillo era su restaurante de lujo. El puente merece la pena visitarlo por lo extraño que es y con lo que me gusta a mi lo raro… para mí fue de lo mejor que visité. El centro histórico de la ciudad era muy pequeño y si andabas más de la cuenta (5 ó 6 minutos) te salías del plano que nos dieron. Vamos que me dio tiempo a darle dos vueltas al centro. Pero tengo que decir que el centro estaba muy bien conservado y muy limpio (no habían cacas de perro o de otro animal ¡!). Merecía mucho la pena dar un paseo por esas calles que parecían las de un pueblo en lugar de las de una capital europea. Todo estaba muy bien cuidado y había muchas esculturas contemporáneas. No abundaban mucho los parques pero las plazas sí. La verdad es que es raro de explicar lo que uno siente en esta ciudad. Es una sensación extraña, es como que vas andando por una calle llena de rascacielos de oficinas y no hay nadie en la calle, absolutamente nadie, viendo como van dando vueltas las hojas de los árboles. Da la sensación de ser muy pequeña pero a la vez muy grande (por lo importante que es y lo que será). Había gente que me había comentado que esta ciudad no era gran cosa, pero después de lo visto yo la recomiendo a todo el mundo más que nada por la atmósfera que se respira en ella, acogedora pero distinta a todas las demás. Intento explicarlo con fotos:
Mis primeros pinitos con la Samsung, vista del paisaje húngaro.
Coyote, ejem fiesta heavy eslovaca, a Pedavo le hubiese gustao!
Puente Nový Most de noche. Abajo izqda, vía para peatones y bicis del puente Nový Most que iba por debajo de los coches. A la dcha, vista de Bratislava con el castillo en obras y el Danubio en su camino a Budapest.
Vistas de la ciudad desde lo más alto del puente de Nový Most, las vistas eran impresionantes, lástima por la niebla. El puente conecta directamente con la autopista D1 hacia Budapest y Viena. Fijarse en el rascacielos de Telefónica.
Donde viven los 420.000 habitantes. Distrito Petrzalka.
Algunos de los tranvías que circulan por Bratislava. El primero y el más típico Tatra T3. Después Tatra T65A y Tatra K2S (ni cristo en la calle). Algunos tranvías tenían televisión de plasma dentro (todo el mundo en silencio y embobaos viendo la tele).
Por la tarde me encontré con uno de los edificios que más impresión me ha causado nunca, por lo poco conocido que era, por lo raro y por lo moderno que a la vez era. Edificio de la radio.Abajo izqda. Parque del edificio presidencial y al fondo rascacielos del banco central eslovaco. Abajo dcha. palacio presidencial en sí.
Aunque no está muy definido, Bratislava a diferencia de Budapest sí tiene Skyline de rascacielos.
Estación de ferrocarriles de Hlavná Stanica. El tren de vuelta era un DB alemán con mucho espacio aunque no pudimos coger compartimento. Era una estación no terminal (los trenes iban pasando) impropia de una capital europea.A la izquierda Autopista Bratislava Budapest.
Plato combinado del Slovak Pub, un restaurante gigante y que estaba petadísimo de gente. Normal teniendo en cuenta que por 10 euros pudieses comerte unos platos como estos (y siendo de los más caros). Y cómo no la cerveza más barata que el agua mineral.
Embajada española en Eslovaquia. Es verdad eso que dicen que cuando ves la embajada pues...
Varias xorradas: Farmacia eslovaca. Un dibujillo en el WC del tren que me pareció gracioso y un Tesco decorado para la Navidad en Bratislava una brújula con las distancias en recto a varias ciudades del mundo. Algo diciendo no sé qué de Checoslovaquia. Un curioso hombre que tocaba millones de instrumentos. Álbum de visitas, este tío ha viajado mucho!
En resumidas cuentas de Bratislava puedo decir:
Lo mejor: Atmósfera de la ciudad, sobretodo la zona del edificio de la radio. El centro histórico es como un pueblo en la ciudad. El restaurante Slovak Pub en sí mismo.
Lo peor: Bratislava es para visitarla un día y poco más, porque si tienes pensado visitarla en 3 días apaga y vámonos...
Y bueno gente pues poco más que deciros, como véis tengo ansia! de poner fotos y más con la nueva cámara que yo no sé si a vosotros os parece un engorro pero he intentado resumir las 250 fotos lo mejor que he podido y aun habrá quedado alguna que me hubiese gustado poner...
Poco más que decir (que me tiro 3h para actualizar jaja).
Hasta la próxima y toca abrigarse mucho que creo que aquí va a empezar a apretar el frío!.
Os dejo también con una canción que ahora mismo me gusta bastante y me recuerda a Bratislava: